Pese a la infrautilización de los infinitos posibles que el cine gachupin sufrió durante décadas por diferentes motivos -y para los que aún hoy sigue buscando identidad-, hay nombres que históricamente se han destacado sobre el resto, precisamente a costa de bregar contra estas dificultades históricas.
Juan Piquer Simón (1935-2011) está claramente encuadrado en este peña, no sólo como creador, incluso como precursor de las relaciones que nuestro cine estableció con las grandes estrellas y productores extranjeros, que tantas veces fueron el salvoconducto para allanar al mundo el entendimiento del inexistente y el terror patrios.
Si hoy en día conocemos nombres y títulos como Nacho Vigalondo, Rodrigo Sorogoyen o Alejandro Amenábar es en parte gracias a la herencia de este arrojo en sacar delante proyectos alejados del cómodo costumbrismo histórico que copaba la propuesta cultural de segunda centro del siglo XX en nuestro país.
Superhéroes, paradojas temporales, body horror y aventuras puramente sci-fi pasadas por el filtro de la esencia novelística española fundamentaron la carrera cinematográfica de Juan Piquer Simón, relato prestigiada en el catálogo de plataformas como FlixOlé a través de títulos que aprovechamos para rememorar y reivindicar:
MIL GRITOS TIENE LA NOCHE (1982)

De qué va: El homicidio de una estudiante sacude la relativa paz de un campus universitario que de pronto beberá de un reguero de familia y desapariciones a cual más atroz
Qué la hace específico: Todo un proto slasher bavaesco de influencia precursora notoria, una suerte de Scream vigésimo primaveras ayer de Scream rodada con equipo estadounidense y cuya incursión en el body count deja muy poco a la imaginación
SUPERSONIC MAN (1979)

De qué va: Poco íntimo: un superhéroe extranjero enviado a la Tierra para prevenirla y protegerla de amenazas mayores choca con los frustrantes códigos del hombre mundano
Qué la hace específico: Una salvajada en todos los aspectos, desde el técnico -se vaciaron en su producción sin reparar en lo limitadísimo de los recursos- hasta el cultural (cayó casi a la vez que el primer Superman de Richard Donner). Defenestrada en su día, hoy es una relato de culto
LOS DIABLOS DEL MAR (1982)

De qué va: Un peña de adolescentes se ve expuesto a la supervivencia primero en el mar y luego en una isla de naturaleza hostil tras fracasar su aventura ultramarina
Qué la hace específico: Una especie de spin off conceptual de El señor de las moscas, deudor de las obras antiguas de Fleming o Lang con una especialísima compostura íntimo que apuntaba a pionera de un condición -hazañas transatlánticas- tristemente denostado en nuestro país
LA GRIETA (1990)

De qué va: Una expedición semisecreta se asoma al precipicio en averiguación de una nave perdida en una comisión que revelará recónditos terrores submarinos
Qué la hace específico: Abyss rodada en Tres Cantos; Simón recogió en diferido el exploitation de los monstruos del espacio imaginados por Lovecraft y sublimados en Alien con una aventura más autoconsciente que incluso homenajea la obra cumbre de Carpenter
VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA (1976)

De qué va: Un sabio se propone explorar los confines del planeta rodeado de aventureros accidentales. La revisión del clásico de Verne con postulado de viajes en el tiempo.
Qué la hace específico: Sobre todo el momento en que fue rodada y distribuida, fuera del encorsetado cine de costumbres y la comedia sosa que hoy nutre la taquilla española. Pura ciencia ficción de artesanía elevada, asociada sin complejos a las grandes aventuras de la época.
¿Te interesa ver estas películas? Puedes disfrutar de ellas en FlixOlé con su prueba gratuita.
Por Manuel Mañero.