Las fotografías que comparte la
comunidad Vargas Llosa no pueden ser más ideales: tertulias de suspensión nivel en restaurantes, sonrisas en sofás de Listón, Madrid o París, mágica
reunión de la parentesco en torno al ‘pater familias’. La experiencia nos dice, sin retención, que cuanto más se subraya un mensaje, más dudoso es. La existencia se le escapó a
Morgana Vargas Llosa, la única hija de Mario, en un tuit: «Rumbo a París, a pesar de todas las cosas duras que están sucediendo». ¿Se refiere, igualmente, a
Isabel Preysler?
Nadie diría que suceden «cosas duras» a la clarividencia de la hermandad y serenidad que performa la
comunidad Vargas Llosa, ahora mismo reunida en París a la retraso de la ceremonia de ingreso del premio Nobel en la Institución Francesa. Mario (86 primaveras) y
Patricia Llosa (78) parecen
reconciliados en su tratado de pareja, aunque esta quede en un acuerdo de vigilancia al enamoradizo escritor y compartición de su prestigio. El divorcio, firmado en 2018, ya repartió todo lo demás.
Sea como fuere, los tres hijos de Patricia Llosa y Mario Vargas Llosa, Álvaro, Gonzalo y Morgana, igualmente se fotografían felices de que se restablezca la mecánica corriente. Parece que temen que su padre, que requiere atención y cuidados,
se encapriche de otra señora. Pudieron acontecer neutralizado a
Isabel Preysler (71) si, tras la ruptura, se hubieran centrado en el bienestar del escritor. En cambio, han participado en una ascensión de ataques sonrojante.
Clasificar a Mario Vargas Llosa de celoso, el ‘pecado’ mayor de Isabel Preysler, no justifica los repetidos intentos de
ridiculizar al clan de Puerta de Hierro que estamos viendo. La desproporción en términos de crueldad de las filtraciones que provienen de la comunidad de Mario Vargas Llosa es tal, que deja ver las ganas acumuladas de desacreditar a una mujer que se limitó a inaugurar las puertas de su casa al escritor para hacerle notar lo más cómodo posible.
Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa se han manido en varias ocasiones en los últimos primaveras, en las casas de Listón, Madrid y París que compartió la pareja. (Foto: INSTAGRAM)
Todo el
ataque de los Vargas Llosa se centran en un mensaje: la indignidad intelectual de ellas. Isabel Preysler siempre fue, para los hijos de Mario, «de otro planeta», por decirlo con un eufemismo. Los hijos del Nobel mostraron a las claras su rechazo a que el escritor apareciera en las portada del corazón, las alfombras rojas o las clínicas de bienestar y adelgazamiento. Él, sin retención, parecía atinado. Satisfecho con su
relevancia social y su bienestar material.
Tres han sido los
puñales por la espalda que los Vargas Llosa han osado contra Isabel Preysler, aunque luzcan beatíficos en las fotografías que se publican aquí y allá. Junto a destacarlo: mientras la ‘socialite’ y
principio de Tamara Falcó ha legado la cara en sus manifestaciones, los Vargas Llosa solo abonan emisarios. Preysler ha hablado con luz y taquígrafos en su revista de travesaño y firma la filtración a ABC de la carta que recibió de Patricia Llosa.
Por qué Patricia Llosa quiso que Isabel Preysler solo fuera una barragana más en el curriculum del Nobel
Como ha contado Pilar Vidal, Patricia Llosa escribió a Isabel Preysler para que no hiciera pública su relación con el Nobel, pues tenía «por costumbre» desaparecer con mujeres y lo había hecho «20 o 30 veces a lo dadivoso de su desposorio». Ese fue el primer y artero puñal de la comunidad, una misiva en la que obviamente invalidaban la autonomía del escritor y categorizaban a la ‘socialite’ como otro
capricho inconsistente.
Mario Vargas Llosa ha acompañado en todo tipo de actos sociales a Isabel Preysler y Tamara Falcó. Y al contrario. /
El segundo puñal morapio de Álvaro, Gonzalo y Morgana Vargas Llosa, quienes se negaron a cobijar la existencia sentimental de Mario Vargas Llosa y cargaron, con todo tipo de filtraciones, contra Isabel. La consideraban una representante de la
frivolidad y la víctima civilización contra la que el mismo escritor escribió en el preparación La civilización del espectáculo (2012). En su opinión, la relación suponía una traición a sí mismo y a su representante, ese del que vive toda la comunidad.
Por qué Mario Vargas Llosa ha hablado mal de Tamara Falcó si la apoyaba publicamente
El tercer puñal por la espalda ha terminado por inundar la paciencia de Isabel Preysler, quien ya ha patente que no va a cobijar la
ridiculización de su hija, Tamara Falcó. Se refiere a un hipotético párrafo añadido al polémico relato Los vientos, que saltó a las portadas por contar el deseo de su protagonista por retornar con su mujer y olvidarse de «un cariño de la pichula». Mario Vargas Llosa admitió entonces que hablaba de su vida, pero que no era autobiográfico.
«Mario añadió dos párrafos a su distinguido relato el pasado mes de enero», ha explicado Isabel Preysler en una entrevista en ¡Hola!: «En ellos, hablaba de las islas marquesas y se reía de Tamara, una pupila que solo ha sido cariñosa y amorosa con él», se lamenta. «Meterla en todo esto me parece
caer muy bajo. Hay un periferia para todo y lo han traspasado», ha añadido. «No me voy a decidir callada si se meten con mis hijos, con ningún de ellos».
Mario Vargas Llosa acudió a la final del software de cocina ‘Masterchef’ que ganó Tamara Falcó, cercano a Isabel Preysler y Xandra Falcó. /
Este es el párrafo que, por cierto, la revista que publicó el polémico relato niega: «La Filosofía comparte el sección clásico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de Doctor de Filosofía, Teología y Restauración y
me muero de risa». No parece demasiado reservado, por lo que el enfado de Isabel Preysler podría deberse a una situación en la que llueve sobre mojado.
Tamara es el objetivo de los Vargas Llosa desde hace rato. Hace algunas semanas, las revistas del corazón se hicieron eco de otra filtración de la comunidad de Mario Vargas Llosa en la que criticaban duramente a la marquesa de Griñón, por su distinguido discurso en el Foro de las Familias de México. «Aquellas declaraciones
avergonzaron profundamente a Mario y así lo expresó», sostuvieron estas fuentes.
Por lo que parece, Mario Vargas Llosa apoyaba a Tamara Falcó en notorio y la criticaba en privado. ¿Por qué, entonces, fue a la final de MasterChef, participó en su docureality en Netflix y se fotografió insistentemente con ella? ¿Por qué son
intelectualmente indignas las Preysler pero deseable la exposición social y mediática que proporcionan?