donde el rey Leopoldo II exhibía a sus amantes Y Agatha Christie conoció a su segundo marido

Paneles de vidrio de Lalique, marqueterías talladas en madera con incrustaciones de ébano y oro, paneles de caoba, espesos cortinajes de terciopelo, loza de plata, lámparas de bronce pulido, techos de cuero de Córdoba… Con una estética Art Decó, el Orient Express se convirtió en el símbolo del ostentación y de la mecanismo europea mientras desde su inauguración en 1883. Hace ya 140 primaveras, el patrón belga Georges Nagelmackers decidió poner el ostentación sobre ruedas con destacadas novedades, como la implementación de agua caliente y electricidad, los primeros coches cama y vagones con restaurante.

La Gare de l’Est en París fue el punto de origen para un mundo de sueños que se extendía hasta Estambul, pasando por Budapest, Sofía, Belgrado, Lausana, Venecia, Zagreb… Decenas de culturas e idiomas para observar a través de unos ventanales por los que se asomaron las grandes figuras del siglo XIX y XX entre reyes, aristócratas, actores, pintores y otros nombres de la esfera social.

Para retener más

Uno de los más destacados fue el rey Leopoldo II de Bélgica, que no contento con favor provocado uno de los mayores genocidios de la historia al convertir el Congo en su colonia privada para vestir toneladas de marfil y caucho, se pavoneaba en el tren exhibiendo a sus innumerables amantes. Tenía triunfo de tacaño y obligaba a que le plancharan los diarios para eliminar los microbios. Entre la realeza hubo casos estrambóticos, como Boris III de Bulgaria que sin tener ni idea le gustaba conducir a toda velocidad por su país, Ferdinand I de Bulgaria solía encerrarse en su baño porque temía que le asesinaran o el zar Nicolás II, que antaño de desplazarse exigía una adorno concreta en los vagones reservados para él y su séquito.

El automóvil restaurante del Orient Express. GTRES

A lo extenso de las décadas han viajado Marlene Dietrich, Tolstoi, Mata Hari, Hemingway, Nelson Mandela, Lawrence de Arabia, Angelina Jolie, David Beckham o John Travolta, que en cierta ocasión se negó a cenar en el automóvil restaurante porque no quería ser molestado. Cuando le dijeron que los pasajeros estaban acostumbrados a ver caras conocidas aceptó cenar, se lo pasó en excelso y se le pudo ver en varias ocasiones en el bar.

Pero, sin duda, una de las viajeras más conocidas fue Agatha Christie, que realizó su primer alucinación en 1928, donde conocería a su segundo marido, el arqueólogo Max Mallowan. Encima, el tren le sirvió como inspiración para su famosa novelísticaCrimen en el Orient Express, tantas veces adaptada al cine, basada en el secuestro del hijo del piloto Charles Lindbergh y en los cinco días que quedó atrapada en los vagones oportuno a una tormenta de cocaína poco antaño de entrar a Estambul.

La gran actriz teatral Sarah Bernhardt gozaba de tanto prestigio que en sus traslados por diferentes escenarios europeos exigía este oasis sobre ruedas que en cierta ocasión fue detenido por unos campesinos de la estepa nevasca porque querían saludar a su ídolo.

Suceso de la película Crimen en el Orient Express. GTRES

A Coco Chanel le encantaba el tren porque le ayudaba a dar rienda suelta a su imaginación. En su compartimiento realizaba bocetos mientras observaba el paisaje y en algunas ocasiones no paraba de reír con sus amigos, el pintor José María Sert y su esposa Misia, que tuvo una gran influencia a principios del siglo XX con su salón intelectual por el que pasaban Renoir, Ravel, Mallarmé o Picasso. En uno de los accidentes del Orient Express en 1931, Josephine Baker improvisó un concierto a los pasajeros.

Tras varios acontecimientos que impidieron su circulación durante ciertos primaveras, como durante la I y II Eliminación Mundial, en 2009 realizó su postrer alucinación. Pero ya está en escalón de resucitación porque varios expertos están terminando de restaurar 17 vagones originales (12 dormitorios, 3 salones, 1 restaurante y el de nalgas) con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París. Está previsto que realice el mismo trayecto que hace un siglo entre la renta de la moda y Estambul.

Conforme a los criterios de

The Trust Project

Saber más