“Soy de Badajoz, de Retamar, que está cerca de Almendralejo. Nací en 1991. Lo más cercano de tradición musical es un pueblecito que está a cuatro kilómetros, que sí tiene cuadrilla municipal, a menudo dirigida por maestros valencianos, y una escuela de música. Ahí empecé, en Corte de Peleas. Estuve casi un año estudiando habla musical y solfeo. Una prima tocaba el clarinete, un tío la guitarra flamenca y otros primos abrazaron el saxo: hice lo mismo. Mi profesor de saxo sí que era extremeño, era un pequeño señorita, Diego Carretero”, explica Carmen Salguero Indias, que el sábado 10 ofrece un concierto de saxofón de doce piezas inspiradas en doce esculturas y dibujos de Pablo Gargallo. La música está compuesta por el pianista y compositor Daahoou Salim, al que define como “un músico sensaciones, tanto como instrumentista al piano, como en su circunstancia de compositor y arreglista. Es un placer trabajar con él”.
¿Recuerda por qué eligió el saxofón?
Tenía el referente de mi prima, por el clarinete, y quería ser como ella. Al escuchar el sonido del saxofón, como iba a ir con mis primos a la cuadrilla, decidí por afecto y por el timbre del herramienta coger el saxo.
Tendría usted diez primaveras o así… ¿Qué tiene de peculiar ese herramienta?
Exacto. En aquel momento me llamaron la atención el timbre, la potencia, la calidez; a día de hoy lo que subrayaría de él es que es muy versátil, muy camaleónico, y asimismo pertenece a una grupo de muchos instrumentos, cosa que asimismo es poco muy atractivo para mí porque puedes cambiar no solo de registro, sino que cada saxofón pertenece a una grupo de siete y he pasado por varios de ellos, desde el saxofón bajo al saxofón soprano.
Díganoslos todos…
Está el contrabajo, un poco más infrecuente y casi de colección, el bajo, el barítono, el tenor (verá que siguen un poco las tesituras de la voz), el parada, el soprano y el sopranino. Hay asimismo unos pequeños que se llaman soprillo, pero esto casi que no existe…
¿Y usted puede tocarlos todos?
Sí. Es cierto que el único que no he tocado en mi formación ha sido el sopranino, pero del soprano al bajo los he tocado todos. En las orquestas sinfónicas se han hecho piezas para saxofón específicas, como el ‘Embustero’ de Ravel, como ‘Cuadros de una exposición’ de Mussorgsky, ‘Romeo y Julieta’ de Prokofiev…
“Mi profesora en Burdeos, Marie-Bernardette Charrier, es una de las grandes exponentes del saxofón mundial. Con todo no he sufrido discriminación ni trato diferencial hasta hace muy poco, que sí tuve una mala experiencia con uno de los grandes saxofonistas aquí en España, prefiero no dar el nombre”
¿Es difícil tocarlo, qué exigencias le impone? Parece poco mujeril, ja ja ja.
Alguna vez de señorita he pabellón aquello de “este herramienta no es de pupila”. Ahora hay maravillosas instrumentistas, en España y en Francia y en todo el mundo. El pasado octubre tuvo espacio el primer cita de la Asociación de mujeres saxofonistas en España y se celebró al congreso en Valencia porque tengo ahí un tesina candente que producir un documental sobre la mujer en el ámbito del saxofón. Mi profesora en Burdeos, Marie-Bernardette Charrier, es una de las grandes exponentes del saxofón mundial. Con todo no he sufrido discriminación ni trato diferencial hasta hace muy poco, que sí tuve una mala experiencia con uno de los grandes saxofonistas aquí en España, prefiero no dar el nombre. En toda mi formación no había tenido ningún problema. Y de hecho mis profesores hasta esta profesora han sido hombres. Y la longevo parte de mis compañeros han sido más chicos que chicas; en Francia, estaba más equiparada la clase entre chicos y chicas. Esa tendencia va cambiando. Tenemos saxofonistas femeninas de primer nivel.

Usted hace música clásica. No jazz.
He estudiado algunos ‘standards’, y la técnica de la improvisación pero yo no tengo la técnica del jazz. Eso es como tocar otro herramienta. El saxofón de jazz y el clásico se tocan con materiales y boquillas diferentes, la posición de embocadura es diferente…
¿Debe tener un fuelle peculiar?
Debes cuidarte mucho, no fumar (aunque hay grandes virtuosos que fuman), respirar adecuadamente. La respiración es el 80% de nuestra parte para poder expresar y construir el discurso musical con las distintas sonoridades que es posible conseguir. La condición física es importante. El control de la respiración es una parte fundamental y en ese aspecto es un herramienta muy físico. Hago zambullida: me viene muy adecuadamente.
Ha dicho que le gusta mucho su herramienta porque es versátil y camaleónico. ¿Qué quiere opinar?
Sobre todo es poco que es muy evidente y que a veces se desconoce: el amplísimo registro dinámico que permite. Puedes tocar desde sonidos casi imperceptibles a sonidos muy muy fuertes. Ese meta dinámico, y de ahí nació asimismo, se asocia a ámbitos de música marcial, popular, música callejera, se ve como un herramienta más ruidoso, más sonoro, pero puede ser muy refinado asimismo. Se asocia a un sonido más robusto, más egregio, y puede ser muy plástico y refinado. Y esto es poco que conectaba con el tesina de Gargallo.
“El saxofón se asocia a un sonido más robusto, más egregio, y puede ser muy plástico y refinado. Y esto es poco que conectaba con el tesina de Gargallo”
¿Ah, sí?
Soy profesora de Filosofía, y necesitaba seguir tocando y sospechar por proyectos más personales. Lo que más a mano tenía era explotar o descubrir más mi herramienta en repertorio solista… En el caso del saxofón, como es un herramienta tan nuevo, que nace a finales del siglo XIX, el 80 % de la música flamante, aunque asimismo podemos hacer música adaptada, es música de vanguardia y eso no se conoce..
Y puede poseer alguna resistencia si se software a Luciano Berio, Luigi Gazmoño, György Ligeti, Stockhausen… ¿no?
Exactamente. Y para nosotros, en el saxofón clásico, tocar Berio o a los otros que cita es como para los pianistas tocar Mozart. Tenemos grandes compositores que han renovado, que han investigado y que han profundizado la técnica del herramienta. Pienso en Alberto Posada, hace un par de primaveras escribió un nuevo ciclo para los saxofones, y ha sido una cuchitril muy innovadora. De hecho se estudia en todos los conservatorios de Europa como referente. O Mauricio Sotelo, con el que he trabajado mucho. Ha colaborado con muchas figuras del flamenco.
¿Cómo aparece el grabador Pablo Gargallo en su vida?
Efectivamente hasta que vine a Zaragoza, a finales de 2020 o principios de 2021, no conocía la obra de Pablo Gargallo. Es maniático pero cierto. Lo que me llevó a Gargallo fue la pretensión y la ilusión de hacer un tesina conjunto con el pianista y compositor Daahoud Salim. Al afincarme en Zaragoza manejamos diferentes planes: primero pensamos en la pintura y en Paul Klee, el pintor de la música; más tarde nos interesó mucho Pablo Serrano por su pensamiento filosófico. Daahou Salim había tocado en Zaragoza y visitó el Museo Pablo Gargallo y se quedó enamorado. De la obra y del espacio. Me lo propuso y fui a verlo.
¿Y se enamoró asimismo, claro?
Ya no fue el espacio, vi que ese era el tesina por la plasticidad de las esculturas, la incursión de los huecos, la técnica del semihundido. De hecho a él le llaman el grabador del salero. Me pareció que esa convivencia de clasicismo y de vanguardia, su sentido de la depuración en cada trazo, es muy muy clásico y a la vez muy novedoso. Y muy plástico. Más que musicalizar las piezas, vimos que las piezas eran musicales. Entonces, humildemente, y con todo el cariño y el respeto mayor, la idea era tratar de escuchar la música que estaba ahí. Desde nuestra perspectiva.

¿Qué ha hecho Salim?
Compuso doce piezas. Yo quería que las compusiera para mí a partir de doce piezas de Pablo Gargallo que están ahí. El concierto cuenta con la ingreso de Rubén Castells, práctico en el intérprete, y será una comportamiento itinerante en presencia de cada obra, y luego debajo en presencia de ‘El profeta’. Tocaré tres saxofones. El Pablo Gargallo es atractivo para mí. Yo invitaría a conocer un rincón de la ciudad que es una de las piedras angulares del patrimonio y la civilización, en genérico de nuestro país, de Zaragoza y de Aragón. Voy a tocar yo sola… Lo que vamos a tocar es un ciclo de piezas para saxofón inspiradas en doce obras de Pablo Gargallo. Y repetiremos el 16 en la Fundación Caja Rural de Aragón, el antiguo Casino Mercantil.
“Ya no fue el espacio, vi que ese era el tesina por la plasticidad de las esculturas, la incursión de los huecos, la técnica del semihundido. De hecho a él le llaman el grabador del salero. Me pareció que esa convivencia de clasicismo y de vanguardia, su sentido de la depuración en cada trazo, es muy muy clásico y a la vez muy novedoso. Y muy plástico”
¿Cómo lleva su otra circunstancia de profesora de Filosofía?
Aceptablemente. Doy clases en Tarazona y acudo a diario. Llevo casi dos primaveras viviendo en Zaragoza.
¿Cuál es el valía de la filosofía en una sociedad como la nuestra? Las palabras han perdido su sentido. En política lo que sirve para defender a un compañero es lo mismo que sirve para atacar a un rival…
La filosofía es un motor imprescindible para aclarar la puerta de forma consciente, necesaria y urgente al pensamiento crítico. En los jóvenes hay una tasa elevada de indiferencia. De yerro de curiosidad y de compromiso con uno mismo. Los jóvenes son asimismo en parte presas de lo frenético que es este sistema y lo que despersonaliza al ser humano.