Antonia Salzano viene a España para promocionar “El Firmamento no puede esperar”, la primera película sobre su hijo que se estrena el 24 de febrero en cines. La superiora de Carlo Acutis, el bisoño de quince abriles fallecido de una leucemia fulminante y beatificado por el Papa Francisco en octubre de 2020, ha concedido a LA RAZÓN su primera entrevista en España, donde esta mujer convertida a la fe descubre la cara más desconocida y atractiva de su hijo.
¿Qué virtudes destacaría de su hijo Carlo?
La Iglesia nunca habría público puritano a Carlo si no hubiera vivido todas las virtudes en porción heroico… La virtud de la caridad y de la fe, en mi opinión, las vivió Carlo de modo singular. Hasta el postrer momento de su vida pensó siempre en los demás.
¿Recuerda alguna cuento que ilustre alguna de esas virtudes?
Poco antiguamente de sucumbir, mientras estaba en el hospital y era incapaz de moverse por su leucemia fulminante, se preocupaba muchísimo de que las enfermeras se fatigaran al moverlo. Su elevación era ya de 1,83 metros, aunque sólo tuviera quince abriles. Me impactó mucho el hecho de que durante su enfermedad quia se lamentara. No temía la homicidio, porque constituía el paso a la auténtica vida. Decía que cuando muramos nos convertiremos de orugas a mariposas y que, gracias a Jesús, la homicidio se transforma en vida. Sabía que moriría y me lo dijo al punto que entramos en el hospital, pero aseguró que me daría muchas señales. Siempre sonreía, quería tranquilizarme y que no me preocupara. Cuando los médicos le preguntaban si sentía dolor, respondía que había clan que estaba sufriendo más que él.
Siempre que podía, ayudaba a los mendigos que estaban en la calle…
Memoria que con casi nueve abriles, comenzó a ayudar a los “sin techo” que vivían en las calles, llevándoles mantas, sacos de amodorrarse y alimentos. Era muy fecundo e intentaba ayudar a todos, empezando por su propia tribu, el servicio de casa, sus amigos, los ancianos y necesitados, inmigrantes lejanos, enfermos… Pero igualmente vivía la fe de forma heroica. El celo evangélico que lo motivaba era tal que se mantenía despierto hasta altas horas de la sombra para preparar sus exposiciones, entre las que destaca la de los Milagros Eucarísticos que sigue recorriendo el mundo y ayudando a las personas a retornar a la fe.
¿Tenía defectos?
Seguramente. Carlo era una persona común, como todos nosotros, pero consciente de sus limitaciones. Ya con siete abriles, al hacer la Primera Comunión, había escrito que su software de vida era “estar siempre unido a Jesús”. Para Carlo, la conversión consistía en despojarse de todo aquello que nos distrae de nuestro único y definitivo admisiblemente, que es Todopoderoso. Decía: “La conversión no es un proceso de suma, sino de resta. Ser menos yo, para dejar espacio a Todopoderoso”. Su divisa era: “No yo, sino Todopoderoso”. No el apego propio, sino la honor de Todopoderoso. Para Carlo, sin la ayuda de Todopoderoso no podemos hacer nulo bueno, porque somos frágiles y estamos heridos por el pecado flamante.
Mi hijo vivía la fe de forma heroica
¿Algún defecto en concreto?
Con nueve abriles empezó a engordar porque era muy apetecible. Entonces, él mismo decidió no tomar nulo entre comidas, y en las comidas principales redujo la cantidad de alimento llenando sólo la fracción del plato.
¿Cuál era su clase de títulos en la vida?
Para Carlo, el propósito de la vida era enamorar a Todopoderoso sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Decía que una vida exitosa es aquella que pone a Todopoderoso en primer ocasión. Carlo era consciente de que, espiritualmente, Todopoderoso está en todas partes pero que Jesús, tras su subida al Firmamento, ha querido quedarse entre nosotros igualmente con su presencia “física”, escondido en la Eucaristía. Para Carlo, la Eucaristía era la autopista alrededor de el Firmamento.
¿Qué era lo que más le molestaba?
Carlo era un pequeño que tenía un sentido de la razón muy robusto y, probablemente, una de las cosas que más le disgustaba era la equivocación de respeto alrededor de las personas más débiles e indefensas.
¿Recuerda alguna cuento divertida de él?
Adicionalmente del ordenador, Carlo amaba hacer películas con sus animales domésticos. Teníamos cuatro perros y dos gatos que se habían convertido en los protagonistas de sus películas, donde los perros eran los buenos y los gatos los malvados que combatían para destruir la tierra. Utilizaba mercancía especiales profesionales y igualmente la música, los mercancía de sonido y el vestuario estaban especialmente cuidados. Sus amigos hacían rabo para venir a ver estas películas que eran divertidísimas.
¿Qué otras aficiones tenía?
Su distracción principal era ser programador informático. Con nueve abriles leía los textos de ingeniería informática que comprábamos en el Politécnico de Milán. Sabía utilizar casi todos los lenguajes de programación como C, C++, Java y Ubuntu. Conocía igualmente los programas que normalmente requieren abriles de estudio. Era capaz de hacer animaciones en 3D, libros y diarios. Pero todas estas capacidades informáticas, las utilizaba para ayudar a que las personas se acercasen a Jesús y a la Iglesia.
¿Tuvo alguna experiencia mística?
Carlo era un piadoso por naturaleza, se percibía poco singular en él. Era un auténtico informante de Jesús, siempre alegre, tendiendo su mano a los demás. Tenía un director espiritual con el que conversaba siempre. Por naturaleza era práctico, muy esencial y sencillo en su vida de fe. Aunque había vivido alguna experiencia sobrenatural, estaba habituado a no darle mucha importancia. Prefería concentrarse en existir admisiblemente todas aquellas cosas relacionadas con lo periódico. Decía que quien se empeña en hacer admisiblemente las pequeñas cosas, igualmente conseguirá hacer admisiblemente las grandes.
Carlo decía que una vida exitosa es aquella que pone a Todopoderoso en primer ocasión
¿Qué quiso proponer él con esa frase: “Todos nacemos originales pero muchos mueren como fotocopias”?
Con estas palabras, mi hijo quería precisar que cada hombre es singular, único e irrepetible. Jesús nos dice que debemos ser perfectos como valentísimo es su Padre que está en los Cielos. Para cada uno de nosotros, desde la Perpetuación, Todopoderoso ha escrito una historia de virtud única. Carlo decía que puntada ver cómo cada persona tiene una huella digital diferente a las otras, lo cual nos debería hacer comprender lo único y flamante que es cada uno de nosotros.
¿Cuáles eran sus santos favoritos?
Carlo amaba a todos los santos, pero la Desconocido ocupaba un puesto singular en su corazón y la definía como “la única mujer de mi vida”. Los santos que estaban particularmente ligados a él eran: Bernardette de Lourdes, los pastorcillos de Fátima, Bartolo Longo, Caterina Labourè…Incluso amaba mucho al Padre Pío y a San Antonio de Padua como modelos de sacerdotes. Aunque le gustaba mucho Santa Clara por su vida contemplativa, fue Santa Alhaja Galgani, la mística estigmatizada de Lucca, quien le inspiró a establecer una relación de amistad singular con su Bendito Custodio. San Francisco de Asís fue el maniquí de virtud que más le conmovió por su humildad y apego por la Eucaristía y a la Iglesia.
¿Supo usted mientras él vivía que su hijo era un santo?
Pienso que poseer tenido un hijo como Carlo ha sido un gran don para nosotros sus padres, aunque no apropiado. Es muy cierto que Todopoderoso escribe derecho con renglones torcidos. Nadie de nosotros fue ejemplo de virtud o de gran virtud. Pero de esta misma pasión, Todopoderoso supo extraer el admisiblemente.
¿Fue Carlo un útil para su conversión?
Siempre digo que para mí Carlo ha sido como un “pequeño salvador”, porque gracias a él he descubierto la fe. Carlo me hizo comprender la importancia de los sacramentos. Yo tenía una mentalidad absolutamente protestante y no imaginaba que fueran signos eficaces a través de los cuales Todopoderoso nos da su indulto. Crecí en una tribu laica, no practicante. Frecuenté escuelas católicas sólo porque viviendo en el centro de Roma había muchas cerca de mi casa. Gracias a estas escuelas hice mi Primera Comunión, que fue la única hasta la confirmación. Recibí la tercera comunión cuando me casé. A posteriori nació Carlo, que fue siempre un crío muy precoz igualmente en la fe. Aun en mi ignorancia, comprendí que era singular. A menudo me hacía preguntas sobre la religión católica, las cuales yo no sabía contestar. Esto me inquietaba…
Gracias a mi hijo he descubierto la fe, me hizo comprender la importancia de los sacramentos
Aludía antiguamente a alguna experiencia sobrenatural de Carlo. ¿Puede relatar alguna?
En cierta ocasión, él me dijo que se le había aparecido su antepasado y que le había pedido oraciones porque estaba en el Purgatorio. Esto me impactó mucho y me impulsó a profundizar en mi fe. Gracias a Todopoderoso, conocí a un sacerdote que tenía el don de introspección de conciencias y al helminto por primera vez, sin memorizar nulo de mí, me dijo que Carlo tenía una delegación singular en la Iglesia.
¿Por qué cree que su figura es hoy tan importante para los jóvenes?
Porque ha vivido en su mismo tiempo, experimentando su misma cotidianidad pero sin dejarse contaminar por las cosas que desagradan al Señor y permaneciendo vacancia en sus elecciones e ideales. En este sentido, la película El Firmamento no puede esperar ayudará a muchos jóvenes como Carlo