El otro gran samurái directivo del cine japonés igualmente fue el pilar de una campaña fílmica antibélica y pacifista, que logró cimbrar algunas esferas del Japón de la postguerra gracias a unas obras repletas de una crítica no solo hacía al autoritarismo y brutalidad del militarismo de su nación, sino igualmente hacía los cuestionables títulos de su figura histórica más reconocida: El Samurái.
Masaki Kobayashi nacería en un seno de artistas. Su causa, Kinuyo Tanaka, fue una de las originadoras de la maquinaría fílmica japonesa, por lo que Masaki fue instruido en las artes según la creencia de esta, primero estudiando humanidades y filosofía, para a posteriori penetrar en la poesía y en la historia.
En 1941 ingresará al prestigioso estudio “Shochiku” (de donde saldrían las otras grandes figuras del cine japonés, como Ozu, Yamada y Kurosawa, entre otros), donde los estudiantes eran asignados, según sus cualidades, como asistentes de otros directores reconocidos. Sin bloqueo, ese mismo año fue reclutado por el Ejército Japonés para combatir en la Segunda Lucha Mundial, siendo enviado a Manchuria. Siendo pacifista, se negó a combatir, por lo que fue sometido a una serie de torturas físicas y psicológicas, hasta que fue capturado por el Ejército de Estados Unidos, que lo mantuvo como prisionero de Lucha hasta el final del conflicto.
Regresó al Instituto para continuar su entrenamiento como aprendiz, pero aquella experiencia marcial reforzaría su ideología antibélica y procrearía a la postre su estilo narrativo, uno trasgresor y cuestionador de todo aquello más o menos de los “títulos y la valentía del japonés”, desde el samurái hasta el soldado, pasando por una férrea crítica hacía el sistema feudal y su contemporáneo sistema político.
Comenzaría a dirigir por si solo a principios de los 50. Su primer éxito sería una punzante queja contra su pasado en la Lucha, por lo que los estudios detuvieron su estreno hasta 1957, para evitar la censura del aún gobierno impuesto por los Estados Unidos en su ocupación. No sería hasta mediados de los 60, que su nombre comenzaría a sonar internamente del asociación, posicionándose desde ese momento como uno de los narradores secreto del cine japonés y de la historia
Kobayashi dirigiría un total de 22 piezas, ganando en dos ocasiones el premio del grupo de Cannes. Se retiraría en 1985, falleciendo hasta 1996. Recordémoslo con sus 5 Mejores Películas
INTRODUCCIÓN DE EL FETT
Bonus – The Thick-Walled Room (1957)
POR EL FETT
La película que detuviera su propio estudio, en temor a las represalias que pudiera tener la ocupación estadounidense aún en 1953, . sería liberada finalmente cuatro abriles a posteriori, mostrando a un novato en plena condición de manifestar los horrores de su pasado. En un poco menos de dos horas, Kobayashi logra un retrato enorme y fidedigno sobre los criminales de desavenencia japoneses (como él mismo), prisioneros en Sugamo, basándose no solo en sus propias experiencias, sino igualmente en varios escritos de otros “criminales” oprimidos. Con un tono poético y de una visión estética claustrofóbica e intimista, esta fue la película que oficializó su posterior estilo.
5 – El Más Allá (1964)
POR EL CINE ACTUARIO
Ganadora del Premio del Miembros de Cannes en 1965, y nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera en ese mismo año, Kobayashi nos cuenta cuatro historias sobre fantasmas cuya solvencia se encuentra en la puesta en panorama. El terror no radica en el uso de los fundamentos paranormales, sino en lo vacía que se siente la vida de cada uno de los protagonistas de estas historias. Al ser una colección, corre con la desventaja de que una disparidad de calidad, pero la pericia del director hace que para enseres de esta película no sea el caso, teniendo relatos sólidos y admisiblemente articulados que forman una cinta única e imperdible sobre el tema de lo paranormal.
4 – La Herencia (1962)
POR EL CINE ACTUARIO
Los acercamientos de Masaki al cine molesto, le cayeron como anillo al dedo a su estilo crítico – cínico, recreando una puesta en panorama sutil, y sobria sobre el variedad; ¿la trama? La lucha por la herencia de un multimillonario que, como última petición, ha decidido otorgar las riquezas a sus hijos ilegítimos, voluntad que tanto a los empresarios que se encuentran más o menos, como a su esposa, no les cae falta admisiblemente, por lo que pelearán para apañarse quien se queda con el premio orondo. Entre giros de tuerca, suspenso y poco de humor, La herencia es una de las cintas más propositivas de la carrera de este director japonés
3 – La condición humana (1959)
POR EL CINE ACTUARIO
Trilogía de cine japonés dirigida por Masaki Kobayashi quien relata las vivencias de Kaji durante la Segunda Lucha Mundial, el objetivo de la historia es hacer un contrapeso entre la honestidad de su personaje principal con respecto a la crueldad de la desavenencia, quitando cualquier maniqueísmo, duele, es cruel, injusto pero así es el campo de batalla, Kobayashi no tiene miedo de retratarlo con una técnica imponente, quizás no haya epicidad, pero no sé necesita cuando la proeza de esta obra es trasladar un conflicto masivo a una perspectiva más individual. Maravilla del cine a un fue inspiración para varios cineastas cómo Kubrick, Coppola y Eastwood, haciendo que Masaki escribiera con humanidades doradas su nombre en la historia del cine.
2 – La levantamiento de los samuráis (1967)
POR EL CINE ACTUARIO
Kobayashi plantea uno de los dilemas más fuertes entre la individualidad y la colectividad ¿qué pasa cuando tus principios morales comienzan a chocar con los de un corro que perteneces? Por muy fiel que seas ha cierto colectivo, ¿es válido abandonarlo cuando tus intereses y tú visión ya no es la misma? Bajo esta premisa, se nos contará la historia de un samurái experto que comenzará a entrar en conflicto con su clan cuando su honor y su íntegro se vea comprometido. Filmada de una modo tan bella y con una fotografía impecable Kobayashi nos demostrara con su puesta en panorama las batallas más emocionales, pero sobre todo una de las lecciones más fuertes de vida; el honor a veces termina donde el apego empieza.
1 – Harakiri (1962)
POR EL FETT
Majestuoso y cruel evidencia sobre el final de un símbolo tan mítico para la historia, como esencial y inverosímil para la construcción del héroe en la cinematografía. Una obra de suspenso en diálogos que minuciosamente acarrea a través de dos relatos la decadencia de la sociedad japonesa enmarcada en el fin de la era samurái. Hacía el final de aquella cruenta historia, la asesinato física, espiritual y simbólica de aquel héroe resumirá honorablemente no solo un reinado fílmico que Kurosawa sostendrá aún 20 abriles, sino igualmente la influencia de su novelística claramente reflejada en estilo (Tarantino, claro ejemplo), como en conceptos, cuando Kobayashi use como punto mcguffin, el propio “Harakiri” (el suicidio de un samurái sin amo o caído en desgracia).