Las 5 Mejores Películas de Mia Farrow : Cinescopia


El 9 de febrero de 1945, nace la actriz estadounidense María de Lourdes Villiers Farrow, conocida artísticamente por el nombre de Mia Farrow, hija de John Farrow, director de cine australiano, y de la actriz irlandesa Maureen O’Sullivan, famosa como suerte de cine.

Farrow ha aparecido en más de cuarenta películas y ha reses numerosos premios, incluyendo el Creación de Oro (y siete nominaciones a tal premio), tres nominaciones a los Premios BAFTA, y ganó el premio a mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

En ámbito personal asimismo es conocida por poseer sido esposa de Frank Sinatra, el músico André Previn y ser pareja sentimental del cineasta Wody Allen.

Con Allen participo en cintas como “Hannah y sus hermanas”, “La rosa purpura del Cairo”, “Zelig” y “Días de Radiodifusión”. Colaboró con directores como Roman Polaski y compartió espectáculo con artistas como Elizabeth Taylor.

Festejemos su principio con cinco de sus mejores películas:

 

Bonus – EL GRAN GATSBY (1974) (JACK CLAYTON)

POR EDGAR DEL VALLE

Basada en la gran novelística de F. Scott Fitzgerald y con guion del mismísimo Francis Ford Coppola, narra la historia de Jay Gatsby, un hombre de origen humilde que posteriormente de la primera cruzada mundial se ha enriquecido y vive en una lujosa mansión, donde continuamente organiza grandes fiestas. Sin confiscación, la vida del millonario es una pantalla que esconde un desprecio romántico, pues Gatsby vive atormentado por el sexo de Daisy (Mia Farrow) -el sexo de su vida- que ha contraído desposorio con otro hombre. A pesar de una buena gala en esta cinta, los críticos no fueron benévolos con la gala de Mia.

 

5 – TERROR CIEGO (1971) (RICHARD FLEISCHER)

POR EDGAR DEL VALLE

Una fresco ciega (Farrow) llega a casa de unos familiares para producirse un tiempo. Esa misma oscuridad, su tío sufre un pequeño altercado con un fresco; un psicópata sediento de venganza, que amanecerá a la protagonista, durante toda la película. Buena gala de la actriz, mostrando su arquetípica fragilidad y su capacidad por suscitar “terror”, en un papel muy parecido al de protagonistas como “Paciencia la oscuridad”. Aunque la película (con un estilo visual “serie b”) no fue proporcionadamente recibida y carece de la calidad de otras obras de su director, es la plausible duración, su ritmo y finalmente la billete de Farro, la que la salvan

 

4 – HANNAH Y SUS HERMANAS (1986) (WODY ALLEN)

POR EL FETT

Quizá podamos encontrar la definición perfecta de lo que es una tragicomedia en el idilio tóxico entre estas hermanas y el consorte de una de ellas, un fenomenal Michael Caine que carga con la varilla del relato y que sirve en esta ocasión como la representación o el alter ego del mismo Allen (aquí relegado a otro personaje). La perfección novelística se extiende a la construcción de cada uno de sus personajes y por supuesto de este triángulo conocido que proxenetismo de cualquier forma de sobrevivir socialmente a sus impulsos y deseos, tema recurrente en el cine de Allen y que aquí se plasma con una elegancia fascinante (más drama que comedia). Farrow carga con el centro de la atención, una Hannah encantador y trágica

 

3 – CEREMONIA SECRETA (1968) (JOSEPH LOSEY)

POR EDGAR DEL VALLE

Una hetaira entrada en abriles, que ha perdido a su hija, cree verla en una chica que conoce de forma casual, que de igualmente la confunde con su origen, estableciéndose entre ambas una relación amorosa por demás extraña. La cinta funciona gracias al tono de thriller y horror psicológico que el director britano decide imprimir en la construcción de tan enfermiza relación, combinando una metáfora de duelo con un duro enrevesado cuidadoso. La cinta resulta una excelente curiosidad en la filmografía de ambas actrices, las cuales regañan dos magnificas interpretaciones y donde de nuevo, Mía Farrow sería nominada a los premios BAFTA como mejor actriz en 1969.

 

2 – LA ROSA PURPURA DEL CAIRO (1985) (WODY ALLEN)

POR EL CINE ACTUARIO

Es extraña la dualidad nostálgica-depresiva de esta película; Woody Allen como algunos cinéfilos encontraba un escape de la sinceridad en el cine, así que esa premisa las plasmó en una historia de una mujer desdichada por la muchedumbre de su más o menos y cuyo único escape es su sexo por el séptimo arte que termina por cobrar vida; nos sentimos proporcionadamente, en un ocupación casi inexistente pero no dejamos de apreciar tristeza por la historia de esta dama. Quizás la vida misma es así: un cumulo de depresiones que para algunos se alivia sentándose, disfrutar la función y al terminar esperar la próximo cinta. Un homenaje al espectador y su quizás extraño pero al mismo tiempo entendible cariño por los personajes de cine.

 

1 – EL BEBÉ DE ROSEMARY (1968) (ROMAN POLANSKI)

POR EDGAR DEL VALLE

Inolvidable gala de Mía, en este clásico del cine de terror de todos los tiempos y considerada como una de las mejores cintas del director Polanski. Una sortija del artículos en donde se combinan lo diabólico de una secta que procura el cuidado de una en estado de buena esperanza (Farrow) con el sexo que esta siente por el hijo que se encuentra en su seno. La película que encumbró a la calidad de suerte internacional a la actriz, que por este papel fue nominada a los premios Creación de Oro y BAFTA como mejor actriz principal. Es cierto, la fragilidad de su personaje nos mantiene al borde del asiento, pero es aquella última espectáculo y inspección hacía el cunero, la que nos sigue estremeciendo y causando pesadillas

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