Las escuelas de música francesas prueban fórmulas para apoyar a los estudiantes trans

Aunque en septiembre de 2021 se publicó una circular para tener más en cuenta la transidentidad en el sistema educativo doméstico, estas nuevas cuestiones se han libre un camino además en los conservatorios y centros de enseñanza artística: “Durante mis estudios, hace más de treinta primaveras, estas cuestiones no existían”, afirma Claire Duteurtre, profesora de una escuela de música de la región del Loiret, donde uno de sus alumnos, en el final curso de bachillerato, ha iniciado una transición. “Incluso la homosexualidad se ocultaba.”

A medida que se va corriendo la voz y la transidentidad y la no binaridad pasan a formar parte del horizonte de posibilidades para un número cada vez maduro de personas, los estudiantes de uno y otro sexos son los impulsores de que estas cuestiones salgan a la luz.

Ya sea cuando los alumnos se dirigen a sus profesores para pedir que se les llame por un apartado o un nombre determinados, o cuando la cuestión se convierte en objeto de debate o advertencia en el interior de la clase: “En caudillo, nuestros alumnos son muy sensibles a las cuestiones sociales: trabajan con solicitantes de orfanato, personas sin hogar, etc.”, analiza Philippe Genet, director del Centro de formación de profesores de danza y música de Auvernia-Ródano-Alpes (Cefedem). “Quieren encontrar un sentido a su maña pedagógica. Percibimos en su enfoque un compromiso existente con la ciudadanía”. 

Uno de los alumnos de Claire Duteurtre, hasta entonces de apartado mujeril, acudió a ella hace unos primaveras para pedirle que utilizara un nombre de pila y un pronombre masculino: “Al final de una clase, hablamos de tolerancia”, cuenta. “Le dije que si necesitaba susurrar de su situación, podía asistir a mí. Más tarde, caldo a pedirme que testificara cuando pasó por el proceso de cambio de estado civil.” Aunque Claire Duteurtre, ella misma superiora de un criatura trans, se mostró sensible a la cuestión, esta situación plantea interrogantes sobre la ademán que hay que adoptar cuando los alumnos, sobre todo niños y adolescentes, nos confían su vida personal: “La escuela de música es un entorno diferente del cátedra o la comunidad”, afirma la profesora. “Los niños pueden sentirse adecuadamente aquí, incluso cuando las cosas no van adecuadamente en otros sitios.”

Si adecuadamente las clases individuales son un método pedagógico a veces cuestionado, sobre todo en materia de violencia sexista y sexual, además son un puesto de audición, según Claire Duteurtre. Sin retención, insiste en la escazes de evitar cualquier ademán intrusiva: “Para mí, tenemos que hacer aparecer a los alumnos el venidero mensaje: ‘Aquí, puedes ser tú mismo’. Si necesitas susurrar, aquí estoy”, pero sin asegurar más. “Cuando empecé el tratamiento, no encontraba a nadie con quién susurrar”, dice Saul Juste, director y fundador de The Hood School of Music. “Pedí cita con uno de los pocos ortofonistas de canto de París, que canceló porque yo era trans. Pensé que tendría que sobrellevar desdicha por mi canto.”

Contiguo con un ortofonista transexual, Mathieu Meunier, Saul Juste fundó una web indicación VoixTrans, que se ha puesto en marcha a principios de 2023. Ofrece una carta basada en un sistema de recomendaciones y apadrinamientos de profesores “transfriendly“, que no están formados pero desean estar atentos a estas cuestiones, siguiendo el maniquí de lo que ya existe en el ámbito médico. Por otro flanco, la web ofrece módulos y talleres para quienes deseen formarse para seguir a alumnos trans, con un certificado al final: “Frente a un estudiante trans, el objetivo es ayudarle a encontrar su flexibilidad vocal y a conseguir una voz que pueda ser la suya. No se proxenetismo de feminizar o masculinizar una voz”, dice Saul Juste, que se ha enfrentado a muchos prejuicios sobre la influencia de las hormonas en la voz.

“Muchos profesores evitan cobrar alumnos en las clases de cambio de voz, incluso cuando no son transexuales, sino sólo adolescentes”, explica. “En finalidad, existe la creencia de que no se debe seguir ese cambio. Es como decirle a cualquiera que deje de pasar mientras está creciendo. Movilizar y aceptar la inclinación de la nuez permitirá evitar, a la larga, que los agudos queden bloqueados.” Sobre todo porque, como señala, no es infrecuente que las personas trans dañen su voz al forzar un registro que no corresponde a su rango vocal.

 Saul Juste además invita a los profesores a tener en cuenta el dispositivo “binder” (un sujetador de compresión para aminorar el pecho), que puede dificultar la respiración durante las clases de canto: “No se proxenetismo de preguntar directamente al estudiante, sino de tener en cuenta esta posibilidad para adaptar la pedagogía si es necesario.”

Nuevo jerigonza, nuevos espacios

Aunque Saul Juste considera que “la clase es un espacio de clase”, y que el momento de la bienvenida debe permanecer “fuera, para no mezclarlo todo”, subraya no obstante que uno de los principales problemas sigue siendo la forma en que se clasifica a los alumnos trans. “Hay pequeñas palabras, pequeñas frases, que pueden ser muy hirientes sin que nos demos cuenta.”

El profesor aconseja a los docentes que se presenten indicando sus nombres de pila, que se incluyan en el proceso y que se corrijan cuando se refieran a un estudiante cambiándole el sexo: “Las clases en categoría son quizá las situaciones más complicadas. No es casquivana acostumbrarse a los giros neutros. Lo ideal es entablar corrigiéndote y presentándote con tu nombre de pila.” Aunque sigue buscando cursos de formación sobre este tema, por el momento no ha tenido éxito.

En el Cefedem de Auvernia-Ródano-Alpes se elaboró en 2018 una carta sobre la escritura inclusiva, pero Philippe Genet además se enfrentó a esta cuestión, premeditadamente de dos alumnos no binarios: “Necesitaría referentes, como los que tenemos sobre la discriminación, para adoptar el modo de comunicación más adecuado. No hilván con tener buena voluntad: se necesitan personas con verdadera https://infolibre.bbnx.pro.bitban.com/infolibre/content/editor/image/1427441/masterexperiencia en estos temas.”

A pesar de las dificultades para invertir el apartado neutro, la experiencia de Philippe Genet en el Cefedem demuestra que este enfoque permite desobstruir un horizonte más amplio de advertencia sobre la guisa en que los alumnos pueden hacer propio el puesto de enseñanza: “En esencia, el Cefedem tiene un funcionamiento más horizontal que otras estructuras. Pero el hecho de crear espacios y tiempos para la discusión de estos temas, de participar en las decisiones, tiene un finalidad en prisión: los alumnos entran en el repertorio, y cuanto más avanzamos con ellos, más horizontal se hace el funcionamiento de la institución”, concluye.

Aquí puedes acertar el texto llamativo en francés:

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Caja negra

La Lettre du musicien, medio de comunicación destinado a los profesionales de la música, lleva algunos primaveras dando un giramiento editorial con destino a la investigación en un ámbito asaz cerrado a este tipo de periodismo. 

Temas ecológicos y sociales relacionados con la música, telediario internacionales, violencia sexista y sexual… los nuevos campos periodísticos de esta publicación han resonado inevitablemente con los nuestros. Una vez cada quince días, publicamos uno de sus artículos en nuestras columnas, ellos hacen lo mismo en las suyas, y tenemos previsto compartir información y colaboraciones fructíferas.

Acuerdos y discrepancias en torno a la ‘ley trans’


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Aunque en septiembre de 2021 se publicó una circular para tener más en cuenta la transidentidad en el sistema educativo doméstico, estas nuevas cuestiones se han libre un camino además en los conservatorios y centros de enseñanza artística: “Durante mis estudios, hace más de treinta primaveras, estas cuestiones no existían”, afirma Claire Duteurtre, profesora de una escuela de música de la región del Loiret, donde uno de sus alumnos, en el final curso de bachillerato, ha iniciado una transición. “Incluso la homosexualidad se ocultaba.”

A medida que se va corriendo la voz y la transidentidad y la no binaridad pasan a formar parte del horizonte de posibilidades para un número cada vez maduro de personas, los estudiantes de uno y otro sexos son los impulsores de que estas cuestiones salgan a la luz.

Ya sea cuando los alumnos se dirigen a sus profesores para pedir que se les llame por un apartado o un nombre determinados, o cuando la cuestión se convierte en objeto de debate o advertencia en el interior de la clase: “En caudillo, nuestros alumnos son muy sensibles a las cuestiones sociales: trabajan con solicitantes de orfanato, personas sin hogar, etc.”, analiza Philippe Genet, director del Centro de formación de profesores de danza y música de Auvernia-Ródano-Alpes (Cefedem). “Quieren encontrar un sentido a su maña pedagógica. Percibimos en su enfoque un compromiso existente con la ciudadanía”. 

Uno de los alumnos de Claire Duteurtre, hasta entonces de apartado mujeril, acudió a ella hace unos primaveras para pedirle que utilizara un nombre de pila y un pronombre masculino: “Al final de una clase, hablamos de tolerancia”, cuenta. “Le dije que si necesitaba susurrar de su situación, podía asistir a mí. Más tarde, caldo a pedirme que testificara cuando pasó por el proceso de cambio de estado civil.” Aunque Claire Duteurtre, ella misma superiora de un criatura trans, se mostró sensible a la cuestión, esta situación plantea interrogantes sobre la ademán que hay que adoptar cuando los alumnos, sobre todo niños y adolescentes, nos confían su vida personal: “La escuela de música es un entorno diferente del cátedra o la comunidad”, afirma la profesora. “Los niños pueden sentirse adecuadamente aquí, incluso cuando las cosas no van adecuadamente en otros sitios.”

Si adecuadamente las clases individuales son un método pedagógico a veces cuestionado, sobre todo en materia de violencia sexista y sexual, además son un puesto de audición, según Claire Duteurtre. Sin retención, insiste en la escazes de evitar cualquier ademán intrusiva: “Para mí, tenemos que hacer aparecer a los alumnos el venidero mensaje: ‘Aquí, puedes ser tú mismo’. Si necesitas susurrar, aquí estoy”, pero sin asegurar más. “Cuando empecé el tratamiento, no encontraba a nadie con quién susurrar”, dice Saul Juste, director y fundador de The Hood School of Music. “Pedí cita con uno de los pocos ortofonistas de canto de París, que canceló porque yo era trans. Pensé que tendría que sobrellevar desdicha por mi canto.”

Contiguo con un ortofonista transexual, Mathieu Meunier, Saul Juste fundó una web indicación VoixTrans, que se ha puesto en marcha a principios de 2023. Ofrece una carta basada en un sistema de recomendaciones y apadrinamientos de profesores “transfriendly“, que no están formados pero desean estar atentos a estas cuestiones, siguiendo el maniquí de lo que ya existe en el ámbito médico. Por otro flanco, la web ofrece módulos y talleres para quienes deseen formarse para seguir a alumnos trans, con un certificado al final: “Frente a un estudiante trans, el objetivo es ayudarle a encontrar su flexibilidad vocal y a conseguir una voz que pueda ser la suya. No se proxenetismo de feminizar o masculinizar una voz”, dice Saul Juste, que se ha enfrentado a muchos prejuicios sobre la influencia de las hormonas en la voz.

“Muchos profesores evitan cobrar alumnos en las clases de cambio de voz, incluso cuando no son transexuales, sino sólo adolescentes”, explica. “En finalidad, existe la creencia de que no se debe seguir ese cambio. Es como decirle a cualquiera que deje de pasar mientras está creciendo. Movilizar y aceptar la inclinación de la nuez permitirá evitar, a la larga, que los agudos queden bloqueados.” Sobre todo porque, como señala, no es infrecuente que las personas trans dañen su voz al forzar un registro que no corresponde a su rango vocal.

 Saul Juste además invita a los profesores a tener en cuenta el dispositivo “binder” (un sujetador de compresión para aminorar el pecho), que puede dificultar la respiración durante las clases de canto: “No se proxenetismo de preguntar directamente al estudiante, sino de tener en cuenta esta posibilidad para adaptar la pedagogía si es necesario.”

Nuevo jerigonza, nuevos espacios

Aunque Saul Juste considera que “la clase es un espacio de clase”, y que el momento de la bienvenida debe permanecer “fuera, para no mezclarlo todo”, subraya no obstante que uno de los principales problemas sigue siendo la forma en que se clasifica a los alumnos trans. “Hay pequeñas palabras, pequeñas frases, que pueden ser muy hirientes sin que nos demos cuenta.”

El profesor aconseja a los docentes que se presenten indicando sus nombres de pila, que se incluyan en el proceso y que se corrijan cuando se refieran a un estudiante cambiándole el sexo: “Las clases en categoría son quizá las situaciones más complicadas. No es casquivana acostumbrarse a los giros neutros. Lo ideal es entablar corrigiéndote y presentándote con tu nombre de pila.” Aunque sigue buscando cursos de formación sobre este tema, por el momento no ha tenido éxito.

En el Cefedem de Auvernia-Ródano-Alpes se elaboró en 2018 una carta sobre la escritura inclusiva, pero Philippe Genet además se enfrentó a esta cuestión, premeditadamente de dos alumnos no binarios: “Necesitaría referentes, como los que tenemos sobre la discriminación, para adoptar el modo de comunicación más adecuado. No hilván con tener buena voluntad: se necesitan personas con verdadera https://infolibre.bbnx.pro.bitban.com/infolibre/content/editor/image/1427441/masterexperiencia en estos temas.”

A pesar de las dificultades para invertir el apartado neutro, la experiencia de Philippe Genet en el Cefedem demuestra que este enfoque permite desobstruir un horizonte más amplio de advertencia sobre la guisa en que los alumnos pueden hacer propio el puesto de enseñanza: “En esencia, el Cefedem tiene un funcionamiento más horizontal que otras estructuras. Pero el hecho de crear espacios y tiempos para la discusión de estos temas, de participar en las decisiones, tiene un finalidad en prisión: los alumnos entran en el repertorio, y cuanto más avanzamos con ellos, más horizontal se hace el funcionamiento de la institución”, concluye.

Aquí puedes acertar el texto llamativo en francés:

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Caja negra

La Lettre du musicien, medio de comunicación destinado a los profesionales de la música, lleva algunos primaveras dando un giramiento editorial con destino a la investigación en un ámbito asaz cerrado a este tipo de periodismo. 

Temas ecológicos y sociales relacionados con la música, telediario internacionales, violencia sexista y sexual… los nuevos campos periodísticos de esta publicación han resonado inevitablemente con los nuestros. Una vez cada quince días, publicamos uno de sus artículos en nuestras columnas, ellos hacen lo mismo en las suyas, y tenemos previsto compartir información y colaboraciones fructíferas.

Acuerdos y discrepancias en torno a la ‘ley trans’


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Aunque en septiembre de 2021 se publicó una circular para tener más en cuenta la transidentidad en el sistema educativo doméstico, estas nuevas cuestiones se han libre un camino además en los conservatorios y centros de enseñanza artística: “Durante mis estudios, hace más de treinta primaveras, estas cuestiones no existían”, afirma Claire Duteurtre, profesora de una escuela de música de la región del Loiret, donde uno de sus alumnos, en el final curso de bachillerato, ha iniciado una transición. “Incluso la homosexualidad se ocultaba.”

A medida que se va corriendo la voz y la transidentidad y la no binaridad pasan a formar parte del horizonte de posibilidades para un número cada vez maduro de personas, los estudiantes de uno y otro sexos son los impulsores de que estas cuestiones salgan a la luz.

Acuerdos y discrepancias en torno a la ‘ley trans’


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