LE DEJÓ POR ÁNGEL CRISTO: Bárbara Rey habla de sus tres años de amor con Juan Carlos I (y sus citas en Zarzuela)

«Hoy vengo a contar».

Bárbara Rey se sentó ayer en el ‘Chester’ de

Risto Mejide con la intención de despejar las numerosas insinuaciones que ha ido dejando a su paso, como miguitas, para que otros reconstruyan su historia de sexo con el rey. Su

romance con Juan Carlos I fue un secreto a voces que por último se gritaba por los platós de televisión y ha terminado alimentando una serie de televisión. Ahora, por fin, conocemos más detalles.

La que fue

reina del destape, y la estrella cantante y presentadora más despampanantemente sexy en los 70 y 80, no rehuyó preguntas o, al menos, no lo hizo en presencia de la cámara. Eso sí: no quiso contar dónde se veía con el

rey emérito Juan Carlos. Barbara solo desveló que se citaban en una casa de lo más ordinario, poco parecido a la Angorrilla, donde se citaba con

Corinna Larsen. Y, sí, estuvo en

Zarzuela.

«Alguna persona ha dicho que no he estado en Zarzuela y no es cierto», confesó Bárbara Rey a

Risto Mejide, «He estado en Zarzuela. Hay determinadas cosas que no han pasado en Zarzuela, por supuesto, porque yo no habría accedido. Pero he estado allí», zanjó. «He estado, encima, en muchos actos oficiales: cumpleaños, la cena en honor de Giscard d’Estaing…». Incluso se encontró con Felipe VI. «

Al príncipe Felipe le vi un día en Zarzuela. Fuera. Cuando salía. Era un criatura. Nos saludamos y nulo más».

En la entrevista del Chester de Mejide, Bárbara Rey desveló más de lo que había contado hasta la vencimiento, pero sin agotar el relato. Contó, eso sí, cómo conoció al rey, a principios de 1977: «Él me localizó.

Me llamó por teléfono», relató. «Se trabajó lo de convenir. Hubo muchas llamadas, muchísimas. Me dijo que me seguía, que le gustaba mucho mi trabajo y que le gustaba mucho yo», admitió Bárbara.

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«En ese momento una no sabe qué hacer, es muy difícil», confesó la ex estrella, al recapacitar por qué decidió convertirse en adorador del rey Juan Carlos. «No sabes cómo puede repercutir en una persona que está trabajando tranquilamente…», reflexionó Bárbara Rey. «No he aceptado, no he admitido quia en mi vida estar con nadie

para conseguir un trabajo», aclaró. «¿Pero te enamoraste?», insistía Risto Mejide, tratando de despejar si se había convertido en la adorador del rey por miedo.

«Él era

muy valeroso en aquel momento: era cuando empezaba a estar proporcionadamente. Ha sido muy atractivo. No puede una enamorarse de una persona así, porque si te enamoras, es sufrimiento… Pero al principio, sí [me enamoré], pero luego fui viendo las cosas de otra forma y ya no era lo mismo».

«Estuve enamorada de él congruo tiempo. Tres abriles, hasta que conocí a mi marido, a finales del 79», narró Bárbara Rey, quien cortó la relación con el monarca cuando conoció al domador de leones y hado del circo, Atractivo Cristo. «[Mientras estaba con Juan Carlos I] todavía tuve otros amores: Carles Reixach y Paquirri.

La relación [con el rey] era abierta porque no podía ser de otra forma».

Bárbara Rey fue el ‘sex symbol’ franquista en las décadas de los 70 y 80. /

gtres

Nueve abriles luego de aquella boda, con el divorcio ya firmado, Bárbara Rey reanudó su relación con el rey emérito Juan Carlos. La actriz había superado momentos dramáticos, como el episodio en el que Atractivo Cristo sacó su pistola y

le disparó a sus míticas piernas. Por suerte, este intento de homicidio solo alcanzó a una cómoda. Sin bloqueo, no aclaró del todo quién había buscado a quién en la reactivación del romance vivo.

«Durante mi coyunda él siguió llamándome. Se enteraba de cuándo estaba en Madrid y, siempre muy educado, me telefoneaba para preguntarme por los niños o por cómo me encontraba yo», confesó Bárbara. Sí quiso desmentir un rumor que lleva circulando medio siglo: no tuvo ningún

romance con Adolfo Suárez. Al contrario. Tutela un mal reminiscencia de él. Tras colaborar en la campaña electoral de UCD en 1977, dejaron de llamarla para trabajar.

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«Colaboré porque me lo pidió una persona a la que yo quería», confesó Bárbara. «¿El rey?», inquirió Risto Mejide. «No me acuerdo proporcionadamente«, quiso despistar Bárbara Rey. «

Me perjudicó terriblemente y pedí una audiencia para contarle a Adolfo Suárez lo que me estaba ocurriendo. Lo hice por sexo, pero no por sexo a Adolfo Suárez. De hecho, a los pocos días me llamó su cuñado para decirme que no podía hacer nulo porque había muchos rumores de que entre él y yo había poco».

La cuestión del trabajo, el temor a ser vetada o la preocupación por estropear su carrera profesional, fue el telón de fondo que Bárbara Rey colgó tras sus confesiones. De hecho, no admitió sobrevenir

chantajeado al rey emérito Juan Carlos con fotos robadas o grabaciones, como se narra en el ejemplar ‘El caudillo de los espías’, y sí explicó que en 1997 le había robado un material relativo al rey de su casa. Sin bloqueo, la insistencia de Risto Mejide logró sacarle otra interpretación.

Bárbara Rey reconoció a Risto Mejide que el rey Juan Carlos le había tratado «muy mal» y que Atractivo Cristo le disparó un tiro. /

d.r.

«Él [el rey]

no se portó nulo proporcionadamente conmigo. Se portó muy mal, muy mal. Me perjudicó enormemente a nivel profesional. Él y su entorno. Me vetaron y yo tenía que prolongar a mis hijos. Si estoy con una persona que es mi adorador y a mis hijos les van a echar del colegio, él tiene que solucionarme la papeleta. Le hablé claramente. No sé a quién le pidió ayuda o qué hizo. Solo sé que me puse a trabajar. Era peculio conocido porque las televisiones eran públicas, pero si hubo peculio de fondos públicos

a mí no me llegó».

Aunque Bárbara Rey negó sobrevenir recibido peculio conocido para remunerar chantajes, finalmente admitió que sí existía una foto en la que se veía cómo el rey, en un aspecto de confianza,

le tocaba un pecho. Es una instantánea que se desvela en el ejemplar de Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote ‘El caudillo de los espías’ (2022), y por la que le habrían pagado 25 millones de pesetas y varios contratos de televisión.

«La foto la hizo una persona que ha fallecido», desveló por sorpresa Bárbara Rey. «Fue la misma persona que me indujo a que grabara otras conversaciones, pero no puedo sostener quién es porque la comunidad me demandaría. Yo no tuve quia

mala fe con el rey. Al contrario: pude sobrevenir guardado hasta mensajes en el contestador».

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«Le dije montones de veces: ‘Si tú sabes que determinadas personas de tu entorno me están haciendo daño,

tienes que solventarlo, porque estoy divorciada, mi marido no me pasa pensión y mis hijos necesitan habitar y tomar. Me decía: Ay, si yo tuviera una varita mágica. Te lo juro», le aseguraba Bárbara Rey a Risto Mejide. «Por eso me vi obligada a hacer revista, para seguir viviendo. Y en ese momento aún estaba con él»:

En el donaire quedó la suposición de Bárbara de que era la

reina emérita Sofía la causante de tanto veto. «En las recepciones hablé con ella», desveló en cambio Rey. «Muy amable, encantadora. Me preguntó por mi comunidad, por cómo estaban mishijos. Una cosa ordinario. Sí he cruzado palabras con ella». Como remate final, Risto Mejide pidió a Rey una contestación directa a una pregunta sencilla

«¿Alguna vez le pediste peculio al rey?», inquirió el presentador. «He dejado deducir que

me hacía desatiendo. Mucha desatiendo. En una ocasión en que mi hermana estaba enferma de cáncer. Pero como el que oye harinear», contestó Bárbara Rey. «¿No te ayudó?», insitió Risto Mejide. «No».