Parece mentira que haya pasado casi un quinquenio desde que la saco cruzada se subiera a la pasarela masculina a posteriori de tantos abriles en el aislamiento, muchos motivados por el profundo pozo en el que el traje y la corbata estuvieron atrapados durante tantos abriles por sus connotaciones sociales. Pero este resurgir de la sastrería —nunca se fue, por supuesto, pero es innegable que ya no vemos el traje fanales de aburrimiento— al que asistimos en las últimas temporadas tiene mucho que ver con el redescubrimiento de la blazer cruzada o de doble botonadura.
Es cierto que primero cautivó a los diseñadores, que fueron quienes apostaron por recuperarla. No solo como parte del traje contemporáneo, sino como prenda versátil que puede existir de forma autónoma en el vestidor del hombre, sin falta de unirse a un pantalón a engranaje. Kim Jones para Dior Men (con un solo pulsador en su interpretación de la saco cruzada) abrió la puerta a una chaqueta que hasta la vencimiento era coto privado de las sastrerías clásicas. No dudaron en producirse y unirse a la fiesta firmas como Celine, Fendi, Gucci, Off-White o Prada, entre muchas otras.
– Dior
Era 2019 y la saco cruzada ya era macrotendencia en la pasarela. La pandemia, acullá de lo que con antelación pudiera parecer, no afectó especialmente a la ascenso de popularidad de la prenda en cuestión, a buen seguro por el hecho de que no tardaron iconos de la moda como David Beckham en prolongar el uso de la blazer de doble botonadura más allá de la pasarela.
Era cuestión de tiempo esta interpretación de doble botonadura de la icónica chaqueta marcial que llevó la tripulación de la Royal Navy británica a lado del HMS Blazer -de ahí su nombre- para aceptar a la reina Trofeo por orden de su comandante, allá por 1837, llegara a la calle. Y así fue, en lo que llevamos de decenio no hay prenda con longevo protagonismo adentro de la sastrería masculina que la saco cruzada.
Es inductivo teniendo en cuenta este clima en gracia de su uso entre las celebrities más elegantes y ese recuentro a nivel social de muchos hombres con el traje, al que habían entregado de costado durante casi toda la decenio pasada.
La alternativa más estilosa
En la ahora, más allá del traje oversize, que es la otra gran tendencia adentro del universo de la sastrería, es la blazer cruzada una prenda que no desidia en el armario de los hombres más elegantes con armario actualizado. Prenda por excelencia del Hollywood clásico de centro del siglo XX, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que no había vivido un momento de tanto protagonismo en el vestidor masculina desde los abriles 70, cuando grandes iconos del cine de Hollywood la llevaban a menudo.
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No hace desidia que quieras parecerte a Humprhy8 Bogart en ‘El intransigente maltés’ (1941), ni siquiera tienes que imitar a Al Pacino en ‘Scarface’ (1984), donde la luce en color blanco. Seguramente los mejores ejemplos, por antagónicos y populares, de cómo se llevaba una saco cruzada en el pasado, durante sus momentos álgidos en cuestión de estilo. En medio hay una enorme zona monótono donde te puedes mover con soltura de la mano de una blazer cruzada clásica, celeste marino o monótono.
No dudes en darle sencillez y en ser creativo: como decíamos ayer, ya no tiene que ser parte de un look completo de sastrería. Sin ir más acullá, te la puedes poner hasta con unos tejanos, unos botines chelsea y un chaleco de cuello vuelto debajo, en secreto casual.
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Eso sí, a diferencia de la saco recta, con la de doble botonadura no puedes ser flexible con el corte y el convexidad de la chaqueta: para que siente aceptablemente, carencia de oversized. Hombros aceptablemente ajustados, siempre abrochada si estás de pie y que la saco cuelgue lo suficiente para que luzca su corte.
Sí puedes corretear poco más con los detalles del diseño; especialmente, con la botonadura, ya que las hay de 6 ordenanza en dos hileras, de cuatro ordenanza en dos hileras e, incluso, versiones contemporáneas con un solo fila de ordenanza. Estas últimas son las más desenfadadas: de hecho, cuantos más ordenanza, más formal.