Por qué es la infanta Cristina, y no Elena ni la reina Sofía, la que acompaña al rey Juan Carlos en París por invitación

Nones una ceremonia de

ingreso en la Institución Francesa levantó tanta curiosidad, aunque quizá no por las razones más convenientes.

Mario Vargas Llosa pone una pica en la institución de mayor prestigio en la civilización garbo cabal cuando protagoniza la ruptura más desagradable de 2023. A su desavenencia con

Isabel Preysler y la presencia de su ex, Patricia Llosa, se suman inesperados invitados royal: el rey Juan Carlos y la

infanta Cristina.

La presencia del rey Juan Carlos en la ceremonia de ingreso de

Mario Vargas Llosa en la Institución Francesa ha sorprendido a todos, y seguro que asimismo a Casa Existente. Es sabido que desde Zarzuela se intenta que el emérito tenga la

mínima relevancia pública para que no desdibuje ni afecte el desempeño del rey Felipe VI. Sin secuestro, la plan para jubilarlo no está teniendo todo el éxito que se había planificado.

Los acontecimientos son tozudos e insisten en sacar de su deportación en Abu Dabi al rey Juan Carlos, al que el mundo pudo ver en los funerales de Isabel II y Constantino de Grecia y asimismo en aquel polémico alucinación suyo a Sanxenxo. Ahora es

Mario Vargas Llosa el que contraviene a Zarzuela cursando invitación al emérito, que

le nombró marqués en 2011. Y, de nuevo, se visibiliza la incómoda cuestión de quién acompaña al padre del rey.

El escritor peruano y premio Nobel explicó en El País que había invitado al emérito «por pura simpatía», aunque es increíble no deletrear en este semblante de

Vargas Llosa un subrayado a la rebeldía posteriormente de los 80. «Yo pensé que, como está

de capa caída, de repente esta invitación le venía perfectamente», añadió. Y aunque este acto sea considerado privado, cada aparición del

rey emérito Juan Carlos supone un despliegue en el que deletrear la complicada geopolítica de nuestra tribu verdadero.

Mario Vargas Llosa, minutos antiguamente de pronuncair se discurso de ingreso en la Institución Francesa, próximo a su ex mujer, Patricia Llosa, su hijo veterano, Álvaro, su esposa y el hijo de uno y otro. (Foto: INSTAGRAM)

El

rey Juan Carlos se desplazó a París en avión privado y ya acompañado por la persona que estuvo a su banda durante esta viaje de celebración: la

infanta Cristina. La presencia de la hija pequeña del monarca en los fastos de la Institución Francesa ha

sorprendido casi más que la confirmación del emérito entre los invitados de Mario Vargas Llosa. ¿Por qué no acudieron la

infanta Elena o la reina Sofía?

Es una complicación añadida a la ya de por sí complicada existencia en la tribu del rey. Sin una autoridad central que ordene ya las apariciones de los distintos miembros, lo que para unos es motivo de alegría para otros supone un problemón. Parece que la infanta Cristina

estaba ya en Abu Dabi y que, por ese motivo, es ella la que acompañó al rey en la fiesta de los Vargas Llosa en París. Pero, ¿hubieran ido la reina Sofía o su hija Elena? Gran dilema.

Por qué el rey Juan Carlos no ha ido con la infanta Elena a la celebración en París de los Vargas Llosa

Este nuevo alucinación a Europa del emérito Juan Carlos no puede venir en peor momento para la tribu del rey. Ahora mismo, el escándalo por la última salida de Felipe Juan

Froilán tiene a los Borbón en vilo, con infinidad de informaciones virales sobre drogas, locales de intercambio de pareja y armas adosadas al nombre del nieto del sobrino veterano de los reyes. Frente a el temporal, la infanta Elena está desaparecida.

Sin duda, la presencia de la infanta Elena en París próximo a su padre y los Vargas Llosa hubiera suscitado el

desborde mediático de la situación, ya muy complicada por las incesantes declaraciones de los hijos del Nobel sobre Isabel Preysler. Aunque las apariciones del rey Juan Carlos inquietan a Casa Existente, estas no se comparan con la preocupación que suscita la situación de Froilán.

Felipe Juan Froilán y la infanta Elena se mantienen discretamente ocultos, hasta que escampe el temporal mediático provocado por la vida nocturna del nieto del rey Juan Carlos. /

gtres

Ni la infanta Elena ni Jaime de Marichalar pueden contestar ya frente a la vida nocturna de su hijo veterano, quien aparentemente

no reconoce autoridad en sus padres. La aparición pública de cualquiera de ellos significaría malquistar preguntas que ni pueden ni quieren contestar. La incomodidad asimismo afectaría a la reina emérita Sofía, aunque ella tiene más razones para no ir a París próximo a los Varga Llosa.

Por qué siquiera la reina emérita Sofía participa en la celebración en París próximo al rey Juan Carlos

Desde el deportación del rey en 2020, la reina Sofía ha sido mucho más renuente a aparecer en manifiesto próximo al rey Juan Carlos. Recordemos que no acudió a Sanxenxo (lo hizo la infanta Elena) por estar cumpliendo con su dietario oficial en Nueva York. Siquiera ha ido a visitarlo a Abu Dabi, al menos que sepamos. Sí

coincidió con el emérito en los funerales de Isabel II y Constantino de Grecia, pero quizá no fueron encuentros del todo agradables.

Parece que la

interacción entre los reyes eméritos en el funeral del hermano veterano de la reina Sofía no fue como la seda. Algunas observadoras de la realeza como

Pilar Eyre señalaron una

conversación desagradable entre uno y otro y gestos destemplados, quizá relacionados con la mala movilidad del rey Juan Carlos. Sea como fuere, la relación no parece armónica. No lo suficiente como para haberle acompañado a París.