Llega el 14 de febrero. Una plazo llena de sentimiento, de encuentros y desencuentros, conocida como el Día de San Valentín o Día de los Enamorados. Una fiesta cuyo origen no está del todo claro, con varias teorías al respecto y que los países celebran con sus propias singularidades. En España empezó a mediados del siglo XX, y una de las teorías es que fue una forma de incentivar la operación de regalos en una plazo estratégica, ajustado posteriormente de las fiestas navideñas, cuando el consumo decae. Es cierto que esta festividad invita a permutar regalos, pero asimismo a salir o a quedarse en casa programando un día singular. Un día de cenas, de escapadas románticas o de compartir una película. Si es de simpatía, mejor.
Se nos vienen a la capital numerosos títulos a la hora de confeccionar una tira, cada uno tiene la suya y más de una película se echará en descuido. Aquí aportamos la nuestra, siempre abierta a ser completada. El cine ha abordado esta temática desde sus inicios dejando títulos míticos, cuyo visionado es obligatorio en esta plazo o en cualquier otra: Luces de la ciudad (1931), donde Charles Chaplin se desvive por ayudar a una florista de la que se ha enamorado; El alojamiento (1960), comedia de enredos de la mano de Billy Wilder; Casablanca (1942), un clásico de amores imposibles con la Segunda Desavenencia Mundial como trasfondo; Historias de Filadelfia (1940), inmortal e impecable, con gigantes de la interpretación como Cary Grant, Katharine Hepburn y James Stewart; Lo que el derrota se llevó (1939), descarnada e imprescindible.
El cine evolucionó y asimismo la forma de contar estas historias con pinceladas de drama, intriga y mucha comedia, creando todo un subgénero: Mejor… ficticio (1997), una delicia ideal para este día con frases antológicas; Atrapado en el tiempo (1993), el Día de la Marmota y San Valentín se entrecruzan; Desayuno con diamantes (1961), comedia romántica perfecta e icónica; La princesa prometida (1987), una princesa, un pirata y mucho simpatía… ¿qué puede salir mal?; Midnight in Paris (2011), carta de simpatía de la mano de Woody Allen; Tango para tres (2000), comedia tierna y sensible; Pretty Woman (1990), un clásico actual que no pasa de moda; Notting Hill (1999), el simpatía es impredecible con Hugh Grant y Julia Roberts; Cuatro bodas y un funeral (1994), malentendidos disfrutables; Love Actually (2003), historias cruzadas con sentimiento; La vida de Adèle (2013), estudiar a cortejar; Call me by your name (2017), amores de verano; Tierras de penumbra (1993), la aprobación de lo ineludible; Brokeback Mountain (2005), conmovedora y hermosa; Decision to leave (2022), belleza visual a tener en cuenta; On your wedding day (2018), flechazos en la universidad; Ayer del amanecer (1995), Ayer del atardecer (2004), Ayer del crepúsculo (2013), una trilogía imprescindible. Incluso la animación ha explorado el índole con otra multitud de títulos de los que destacamos: Your name (2016), un vínculo muy singular; Hello World (2019), el simpatía cambia destinos; WALL-E (2008), tierna e ingeniosa, simpatía entre chips; La bella y la Bestia (1991), marcó todo un estilo.
Tierras de penumbra.
Sensibilidad a galantería de piel. Cuenta la relación del profesor C. S. Lewis, autor de Las ‘Crónicas de Narnia’ y la poetisa Joy Gresham. Un drama romántico que arranca más de una secreción.
Ayer del amanecer.
Una que son tres, todas imprescindibles. Primer capítulo de la trilogía protagonizada por Ethan Hawkey Julie Delpy. Un flechazo que evoluciona y madura en ‘Ayer del atardecer’ y ‘Ayer del crepúsculo’.
La princesa prometida.
Un descripción de ‘princesas’ atípico y llamativo con regusto ochentero que destila simpatía y aventura en todo su metraje. Con frases míticas que ya han quedado para la historia del cine.
Desayuno con diamantes.
Un clásico imperecedero. Una comedia romántica de la mano de Blake Edwards, Audrey Hepburn y George Peppard, con unas escenas y partida sonora ideales para este día, tanto con sol o con calabobos.
La vida de Adèle.
Educación, descubrimiento y romance. El camino del deseo y la reflexión hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Una auténtica delicia cinematográfica.
Tango para tres.
Un capricho inconfesable. Una de las muchas comedias románticas que no por sencillas y directas dejan de entretener y nacer más de una sonrisa y inspección de complicidad.
Call me by your name.
Emoción y sensualidad en esta propuesta que ganó el Oscar al mejor guion centrada en la historia de simpatía entre Elio Perlman, un adolescente de 17 primaveras, y Oliver, el asistente de su padre.
Decision to Leave.
Thriller romántico elegante. Un detective investiga la crimen de un hombre en una montaña. Sospechará de la mujer del difunto, pero no podrá evitar la seducción que siente por ella.