Las hijas de María Teresa Campos están muy enfadadas. Tanto Carmen Añojo como Terelu Campos no han llevado adecuadamente la publicación de la revista Diez Minutos del pasado miércoles 1 de febrero, en cuya portada aparecía la matriarca del clan con un evidente destrucción físico y visiblemente más flaca.
De hecho, me consta que, antiguamente de que salieran estas imágenes, Carmen realizó varias llamadas a las diferentes cabeceras de los miércoles para impedir que ese material viese la luz. Finalmente, la citada revista, que hizo caso omiso, fue la encargada de publicarlas provocando un gran malestar en el interior de la comunidad. Esta había permanecido en silencio hasta hace unos días.

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Terelu Campos y la defensa que crea controversia
Para sorpresa de muchos, la hija de María Teresa Campos aprovechó el altavoz que le proporciona un software como Sálvame para mandarle un mensaje a los políticos españoles: “Me gustaría decirle a toda la clase política, a todos los políticos de todos los partidos, que debemos proteger a nuestros mayores”, comenzaba diciendo haciendo cita a estas imágenes.
“Esos mayores tienen derecho a envejecer dignamente y que su imagen su cuide, porque ellos no están en situación de poder animarse si quieren hacerle una foto o no”, explicaba con cierta indignación.
“Hagamos que esos mayores puedan tener la dignidad de vencer sin que nadie ponga su imagen en ninguna portada de una revista o ningún digital… Y a los compañeros de la prensa, a esos que están en las puertas de las casas incansablemente para sacar una foto de una persona relajado, tuvieran un poco de conciencia”, concluyó.
Un mensaje aplaudido por algunos, cuestionado y criticado por otros, y que hoy quiero analizar en profundidad, ya que este asunto lo viví con la propia Terelu Campos en primera persona hace tan solo unos meses.

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Terelu no acierta con la defensa a su matriz
Aun regalo en junio del pasado 2021, durante uno de los programas del ya muerto Viva la Vida, que tuve un encontronazo con la hija de María Teresa Campos en directo a posteriori de que nos pusieran un vídeo sobre una entrevista (la última) que había concedido su matriz a (¿su amigo?) Kiko Hernández y que publicó precisamente la misma revista de la que hoy echan pestes.
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En ella, la veterana comunicadora ya protagonizó alguna que otra manifiesto fuera de emplazamiento, pero que en ningún momento daba pie a pensar el zona de influencia de lo que positivamente estaba sucediendo.
Es por eso que yo simplemente me dediqué a comentar la entrevista con normalidad (que para eso se puso el vídeo) y regalo que Terelu se puso como un energúmeno, pidiéndome que “no se hablase de su matriz”. Me lo repitió en varias ocasiones y yo no entendía el por qué de esa vehemencia y esa forma tan hiriente de asegurar las cosas. Incluso llegó a faltarme al respeto (poco que a posteriori solucionamos), pero yo estaba atónita delante poco que no terminaba de entender.
Si positivamente existe una situación por la que hay que tomar ciertas medidas, ¿por qué un amigo de María Teresa publica esa entrevista? ¿por qué el software emite esa entrevista? Y lo que es peor, ¿por qué siempre se apunta al más ‘débil’ entonces?
Entiendo el dolor de unas hijas, y empatizo con ello a más no poder, pero en este caso me cuesta más. Tanto una como otra (matriz y nieta incluida) se han exprimido a ellas mismas y retroalimentado al mayor.
Lo han hecho tanto en televisión como en revistas, y han accedido recientemente a ser partícipes, de forma directa o indirecta, del show de Sálvame protagonizado por Gustavo, el chófer de María Teresa Campos. Este supuestamente habría traicionado a la matriarca filtrando información a la prensa y grabando conversaciones. Y ellas en plató, defendiéndolo (no vaya a ser que este se decida a cuchichear y cante la Traviata).
Es todo muy extraño, con muchas contradicciones, y con una dignidad que, para mí y para muchos, está más que perdida. Digan lo que digan, griten lo que griten y por mucha prepotencia y soberbia de la que alardeen con su gran altavoz, la audiencia es sabia, y sobre todo, no es ciega. El moneda no lo es todo.